En el Gimnasio N°1 se celebró la eucaristía creada en homenaje a San Marcelino que fue compuesta por el apoderado Helios Santibáñez y que fue interpretada por el coro de misa.

La celebración eucarística tuvo un sello de participación de toda la comunidad marista, cada detalle, cada momento. Encabezada por el capellán del colegio, padre Alberto Requenez, quien en su homilía hizo un llamado a dar gracias al Señor por estos regalos: la vida, el país donde vivimos, su paisaje, la tierra que da sus frutos. Se trata de un simple gesto, el de dar las gracias.

El momento de las ofrendas fue significativo: los padres y apoderados ofrecieron alimentos no perecibles, nuestros niños y jóvenes presentaron juegos típicos, los exalumnos entregaron artículos de aseo y los funcionarios del Colegio compartieron frutas y verduras. Es un simple gesto de ayuda que representa el compartir los frutos de nuestra tierra y la alegría del encuentro.

La despedida fue con cuartetas y el tradicional esquinazo compartido por los feligreses que espontáneamente se lucieron con la danza nacional.